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Psoriasis en el pie: Consejos para tratarla



La psoriasis es una enfermedad que afecta a la piel y causa un sarpullido con manchas rojas y escamosas. Aunque es más común que aparezca en las manos o el cuero cabelludo, también puede presentarse en los pies.

 

Si quieres saber más sobre la psoriasis en el pie, sigue leyendo este artículo.

 

 

¿Qué es la psoriasis?

 

La psoriasis es una enfermedad epidérmica benigna crónica, es decir, afecta a la piel y no tiene cura. Lo único que se puede hacer es paliar los signos y aliviar los síntomas. Como todas las enfermedades crónicas, de la misma forma que sucede con la hipertensión o la diabetes, es muy importante entenderla y tratarla correctamente.

 

La psoriasis afecta a alrededor del 2% de la población, lo que en España equivale a casi 1 millón de pacientes. Aunque sea una afección de la piel, la psoriasis no es contagiosa.

 

Es una enfermedad que, principalmente, conlleva perturbaciones estéticas (afecta a la piel y uñas) y económicas (tratamientos indefinidos que no cubre la seguridad social o terapias alternativas como la fototerapia, fórmulas magistrales de farmacias, etc.).

 

Síntomas de psoriasis en los pies

 

Los síntomas que indican psoriasis en los pies pueden variar dependiendo de la persona, pero los más frecuentes son:

 

 

Las manchas de psoriasis son variables, desde unos pocos puntos de escamas hasta manchas que abarcan zonas muy grandes.

 

5 factores que pueden desencadenar psoriasis en los pies

 

Las causas de esta enfermedad se desconocen, pero sí se sabe que la predisposición genética de cada persona tiene gran influencia. Si se presenta dicha tendencia, es importante prestar atención a estos cinco factores:

  1. Traumatismos. Una herida o rasguño puede desencadenar el problema.
  2. Infecciones. Las infecciones pueden provocar esta patología, especialmente las infecciones orofaríngeas. Por ejemplo, las faringitis agudas pueden desencadenar psoriasis.
  3. Factores endocrinos. Las terapias con hormonas o con corticoides pueden ser un factor desencadenante de la enfermedad.
  4. Factores psicológicos. El estrés puede hacer detonar la psoriasis y, sobre todo, provocar brotes en pacientes que ya la padezcan.
  5. Medicación. Dependiendo del estadio en el que se encuentre el paciente, el uso de algunos medicamentos favorece el fenómeno del efecto rebote, es decir, se cura la lesión pero reaparece con más gravedad en un futuro.

 

Tipos de psoriasis en los pies y tratamientos

 

Existen diferentes manifestaciones de esta enfermedad, así como distintos tipos de clasificación según la gravedad (leve, moderada o grave) y según la forma y patrón de las escamas (placas, pliegues, gotular, eritrodérmica, pustular, etc.).

 

Desde el punto de vista podológico, las que más nos interesan son estas tres categorías:

 

1.     Psoriasis en la piel

 

La psoriasis en la piel de los pies es más fácil de tratar que en las uñas, ya que la vía tópica dérmica de absorción es más rápida, al igual que la regeneración de la piel (el crecimiento de las uñas es más lento).

 

 

El tratamiento ideal son las fórmulas magistrales y cremas recomendadas por el profesional. A su vez, se aconseja visitar al podólogo para hacer sesiones de quiropodia y eliminar el exceso de queratina en la piel, obligando al fármaco tópico a penetrar antes.

 

2.     Psoriasis en las uñas

 

Las afecciones ungueales son muy incómodas ya que las uñas se vuelven blandas, quebradizas y arenosas.

 

Las uñas son más vulnerables a las infecciones por hongos u onicomicosis y a desarrollar otros problemas como la uña incarnada. La psoriasis ungueal puede afectar a una sola uña o a las de todos los dedos de los pies. En lesiones graves puede perderse la uña por completo.

 

El tratamiento es paliativo. No se ataja el problema de raíz, sino que se intentan atenuar los signos y síntomas a través de fórmulas magistrales elaboradas en farmacias con corticoides o derivados de la vitamina D.

 

 

Solo un 5% de la población presenta exclusivamente psoriasis ungueal. Es especialmente frecuente, hasta en el 80% de los casos, entre las personas con artritis psoriásica cuando ésta afecta a las articulaciones de los dedos de los pies y de las manos.

 

En los casos de psoriasis ungueal es muy importante conocer la historia clínica de cada paciente para detectar los antecedentes y su predisposición genética. Tanto en las afecciones en las uñas como en las de la piel se pueden tomar medicamentos vía oral, pero es mejor empezar por algo tópico.

 

Es muy importante no confundir la psoriasis ungueal con los hongos en las uñas, para evitar falsos diagnósticos. Existen diferentes tipos de onicomicosis dependiendo de la zona de la uña afectada (distal, proximal, superficial, etc.), el tipo de hongo que se instaure (dermatofitos, cándidas, etc.) o si es consecuencia de otra lesión (onicolisis por microtraumatismos, psoriasis, etc.).

 

Es esencial visitar al podólogo para diferenciar los hongos de las uñas de la psoriasis ungueal, con el objetivo de llevar a cabo el tratamiento adecuado y corregir el problema a tiempo.

 

3.     Problemas en las articulaciones

 

En las afecciones articulares es indispensable el uso de fármacos orales, fisioterapia y terapias físicas. Realizando estiramientos y movimientos pasivos se puede evitar la rigidez de las articulaciones, según aconseje el profesional médico.

 

Consejos y prevención de la psoriasis en los pies

 

Para finalizar el artículo, recopilamos varias recomendaciones para reducir el impacto de la psoriasis:

  • Reducción del estrés.
  • Alimentación. Una buena dieta con alimentos saludables para los pies, ricos en omega-3 (como salmón, atún blanco, nueces, lino, semillas de chía y de cáñamo, etc.), frutas y verduras con coloración y betacarotenos (espinacas, zanahorias y arándanos).
  • Estudio biomecánico de la pisada. Puede ayudarnos a evitar, en la medida de lo posible, el avance de la artritis psoriásica. Es conveniente realizar un estudio biomecánico de la pisada para intentar disipar todas las cargas y que las articulaciones sufran en menor medida.
  • Quiropodia. Es recomendable acudir a sesiones de quiropodia (tratamiento podológico para tratar callos, durezas y alteraciones en las uñas de los pies) cada dos o tres meses.
  • Vitamina D. Se ha demostrado que el mejor tratamiento para esta patología es la radiación solar (siempre con protección para evitar quemaduras de sol en los pies). La exposición a la luz solar ayuda a mejorar la apariencia de las placas psoriásicas en la piel, ya que se activa el metabolismo de la vitamina D. Por eso, durante el verano los pacientes mejoran.

 

 

¿Sufres psoriasis en los pies? En Podoactiva podemos ayudarte. Consulta tu clínica Podoactiva más cercana o contáctanos en el 974 231 280 o a través de info@podoactiva.com

 

Lucía Mondelo

Podóloga de Clínica Podoactiva Premier Madrid

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