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Consejos para la elección de la bota de esquí y proteger los pies durante la práctica



Empiezan a caer las primeras nevadas y cada vez está más cerca el inicio de la temporada de esquí. Si nos queremos preparar bien para el inicio de la temporada, tenemos que empezar a cuidar nuestros pies, ya que es la herramienta esencial para los esquiadores.

La primera recomendación para el cuidado de los pies de un esquiador es el uso de calcetines específicos que nos protejan lo suficiente y, muy importante, que estos calcetines tengan pocas costuras y no presenten arrugas que se pueden traducir en ampollas pasadas unas horas.

También tendremos que mantener una correcta hidratación del pie, ya que en una piel bien hidratada es más difícil que se produzcan rozaduras y lesiones, al tener una mayor elasticidad y resistencia a las agresiones. Recordamos que la mejor forma de hidratar el pie es hacerlo con una crema hidratante específica para el pie y hacerlo por la noche, dejando los pies al aire durante un rato y aplicándola mediante un masaje que ayude a descongestionar el pie después de soportarnos durante todo el día.

Pero el agente que más va a agredir al pie durante la práctica del esquí va a ser la bota, por lo que es de vital importancia que la elección de la misma sea correcta. Una bota excesivamente comprimida nos va a impedir disfrutar del esquí por muchos motivos (nos generará rozaduras, callosidades, nos limitará la circulación sanguínea en el pie, aumentará la tensión muscular generada en la planta del pie y en la parte posterior de la pierna, etc.). Igualmente, una bota que no sujetase correctamente el pie, nos generará problemas de inestabilidad, ampollas por fricción, etc.

Para evitar que se genere una lesión, deberemos tener en cuenta ciertas precauciones en el momento de comprar una bota. Lo más importante será qué nivel de esquí tenemos, talla y horma del pie.

Nivel del esquiador

En función de la técnica del esquiador se determinará el grado de rigidez de las botas, que se mide según el índice Flex: cuanto mayor es este índice, más rígidas serán las botas y, por tanto, mayor control y precisión tiene el esquiador.

  • – A los principiantes se recomienda botas con un índice Flex 60 o inferior, ya que esta rigidez suave les permite modificar la posición y ejerce poca resistencia ante la flexión.
  • – Los esquiadores con un nivel medio deben optar por botas con un índice Flex entre 70 y 90, más rígido pero también más preciso.
  • – Los esquiadores expertos pueden elegir botas con un índice Flex 100 o superior, produciendo una alta precisión en los movimientos.

 

Elegir la talla adecuada

Existen algunos mitos respecto a cuál es la talla adecuada al elegir las botas de esquí. Un error muy extendido es creer que se necesita un número más que el del calzado habitual o que unas botas de número mayor al nuestro serán más cómodas. Lo cierto es que la talla de las botas de esquí se rige por el sistema Mondopoint, o lo que es lo mismo, la longitud en centímetros de nuestro pie.

La horma de las botas

Al igual que ocurre con el calzado de calle, las diversas marcas de botas diseñan sus modelos con hormas más o menos anchas, por lo que en función de la forma de nuestro pie, debemos optar por una u otra marca. Tenemos que ser conscientes de que una horma muy estrecha nos puede provocar una compresión de la zona de los dedos pudiendo generar adormecimiento de los dedos, dolor en zona de la almohadilla plantar o dolor en los Juantes.

Probarse las botas de forma correcta:

  • – Hay que probarse las botas con los mismos calcetines con los que luego se va a esquiar.
  • – De pie, comenzar a abrochar los ganchos desde abajo y comprobar que el pie queda bien sujeto, especialmente en el talón.
  • – Prestar atención a posibles zonas en las que la bota presiona demasiado, ya que tras varias horas de esquí el roce puede resultar muy doloroso e incómodo en esos puntos.
  • – Con el cuerpo erguido y las piernas rectas, comprobar que los dedos del pie tocan ligeramente la punta de la bota.
  • – Con las rodillas bien flexionadas, comprobar que los dedos del pie ya no tocan la puntera interior de la bota. En caso de que sigan tocando la punta, se necesita una talla más.
  • – Caminar un poco y prestar atención al talón, que no debe separarse de la plantilla interior.

En la actualidad, la mayoría de las botas se pueden personalizar, tanto la carcasa como el botín para facilitar una mayor comodidad y confort del pie. Pero en el caso de que tengamos algún tipo de molestia previa o teniendo la bota adecuada tenemos alguna dolencia deberíamos ir a un podólogo especialista en deportes de invierno como los que contamos en Podoactiva, para que realice un estudio biomecánico especifico de esquí y valorar algún tipo de tratamiento como plantillas personalizadas Podoactiva Ski.

CARLOS MARTÍN

Podólogo del departamento de esquí

Responsable de Podoactiva Zaragoza 

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