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tendinopatia aquilea en el tendon de aqulies

Tendinitis aquílea: Causas, síntomas y tratamiento



La tendinitis aquílea es una afección común que afecta el tendón de Aquiles, una estructura esencial que conecta los músculos de la pantorrilla con el hueso del talón. Este tendón es vital para actividades diarias como caminar, correr y saltar, permitiendo el movimiento de empuje hacia abajo del pie.

 

¿Qué es la tendinitis aquílea?

 

La tendinitis aquílea es la inflamación o irritación del tendón de Aquiles. Esta lesión suele desarrollarse por sobrecarga especialmente en actividades físicas intensas que involucran correr o saltar. Aunque puede afectar a personas de cualquier edad, es más frecuente en adultos activos y deportistas.

 

El tendón de Aquiles es el más grande del cuerpo humano y soporta grandes tensiones durante el movimiento. Sin embargo, su ubicación y función lo hacen vulnerable a lesiones, especialmente si no se le da el cuidado necesario.

 

tendinopatia aquilea en el tendon de aqulies

 

Si estamos en un proceso inflamatorio lo denominaríamos tendinitis o si estamos en un proceso en el que ha perdido la capacidad elástica y presenta engrosamiento, estaríamos hablando de tendinosis.

 

Causas de la tendinitis aquílea

 

La tendinitis aquílea puede desarrollarse por diversas razones.

 

  • Sobrecarga del tendón: Aumentar de manera abrupta la intensidad, duración o frecuencia de una actividad física es una causa común. Por ejemplo, corredores que incrementan rápidamente sus kilómetros semanales o personas que comienzan un nuevo deporte sin preparación previa tienen mayor riesgo de padecer esta afección.
  • Tensión muscular en la pantorrilla: Los músculos de la pantorrilla tensos o rígidos ejercen mayor presión sobre el tendón de Aquiles, aumentando su vulnerabilidad a sufrir lesiones.
  • Superficies inadecuadas para el ejercicio: Entrenar en terrenos duros, como asfalto o concreto, puede incrementar el estrés en el tendón.
  • Calzado inadecuado: Zapatos que no brindan soporte adecuado o que están desgastados pueden alterar la biomecánica del pie, contribuyendo al desarrollo de la tendinitis aquílea.
  • Factores anatómicos o biomecánicos: Alteraciones como el pie plano o una pronación excesiva pueden aumentar la tensión en el tendón. Asimismo, desequilibrios musculares en las extremidades inferiores también juegan un papel importante.
  • Envejecimiento: Con el tiempo, el tendón de Aquiles pierde elasticidad, lo que lo hace más propenso a inflamarse, especialmente en personas mayores que retoman la actividad física sin una preparación adecuada.

 

 

Síntomas de la tendinitis aquílea

 

Reconocer los síntomas de la tendinitis aquílea puede ayudarte a buscar tratamiento a tiempo y evitar complicaciones. Generalmente, se siente justo encima del talón y puede ser más intenso durante o después de actividades físicas.

 

Muchas personas experimentan rigidez en el tendón al levantarse por la mañana, que suele mejorar con el movimiento. El área afectada puede estar inflamada, sensible al tacto y, en algunos casos, caliente.

 

En casos más avanzados, el tendón puede volverse más grueso debido a la inflamación crónica. Si no se trata a tiempo, la tendinitis aquílea puede derivar en complicaciones graves, como una ruptura del tendón, lo que requiere tratamiento quirúrgico.

 

Tratamiento

 

El tratamiento de la tendinitis aquílea varía según la gravedad del caso, pero generalmente combina enfoques conservadores y no invasivos.

 

  • Reposo: Evitar actividades que generen dolor es fundamental para permitir que el tendón se recupere. En algunos casos, puede ser necesario modificar las rutinas de ejercicio o detenerlas temporalmente.
  • Aplicación de frío: El hielo ayuda a reducir la inflamación y el dolor. Se recomienda aplicarlo durante 15-20 minutos, varias veces al día, especialmente después de actividades físicas.
  • Fisioterapia: Los ejercicios terapéuticos son clave en el tratamiento. Los estiramientos y fortalecimientos de la pantorrilla bajo la supervisión de un fisioterapeuta ayudan a mejorar la flexibilidad y la fuerza del tendón.
  • Medicación: Los antiinflamatorios no esteroides (AINE), como el ibuprofeno, pueden aliviar el dolor y la inflamación. Sin embargo, deben tomarse bajo recomendación médica.
  • Calzado y plantillas personalizadas: El uso de calzado adecuado con buen soporte o plantillas personalizadas puede reducir la presión sobre el tendón y mejorar la alineación del pie.
  • Cirugía (último recurso): Si los síntomas no mejoran con el tratamiento conservador, o si hay una ruptura significativa, puede ser necesaria la cirugía para reparar el tendón.

 

estiramiento isquiotibial

 

Aunque es complicado prevenir esta patología, es necesario adoptar hábitos saludables y cuidar los músculos y tendones como realizar calentamientos adecuados antes de cualquier actividad física. Incrementar la intensidad y duración del ejercicio de forma gradual y usar calzado adecuado ayudará a que no aparezca la tendinitis aquílea.

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