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¿Qué es la cirugía mínimamente invasiva del pie?



Muchas de las patologías que sufrimos en nuestros pies se pueden solucionar con algún tipo de cirugía podológica. La cirugía mínimamente invasiva (también conocida como cirugía MIS o Minimal Incision Surgery) es una novedosa técnica ha revolucionado las operaciones ya que permite corregir las deformidades reduciendo el dolor y la agresión al pie. Este tipo de técnica tiene como fin mejorar el postoperatorio de los pacientes, minimizando la agresión al pie y disminuyendo las posibles complicaciones.

 

Marta Ruiz, directora clínica de Podoactiva Valencia – Instituto Valenciano del Pie, indica que “la principal diferencia con las cirugías a campo abierto es que los abordajes son mucho más pequeños”. Estas incisiones suelen ser de pocos milímetros y van de la mano de un fluoroscopio. “Es un aparato de rayos X de baja radiación que permite visualizar en tiempo real las estructuras óseas a corregir. También puede utilizarse el ecógrafo”, añade la experta en cirugía de mínima incisión.

 

Marta Ruiz en la clinica podoactiva valencia 097

 

Las operaciones en los pies ya no son unas de las más dolorosas gracias a estas nuevas técnicas. Asegura la doctora que “como se hace menos lesión en los tejidos, hay menos riesgo de infección al ser pocas heridas y mas pequeñas”. La gran mayoría de las patologías se pueden resolver con cirugía mínimamente invasiva.

 

Sin embargo, los juanetes o metatarsalgias son las mas frecuentes, además de la fascitis o espolón calcáneo. “La experiencia del pacientes muy satisfactoria porque se recupera con el mínimo dolor. En comparación, la convencional es más dolorosa “, añade Ruiz. A través de un pequeño orificio en la piel, se consigue llevar a cabo los cortes y modificaciones necesarios para solucionar las deformidades del pie, sin necesidad de ingreso hospitalario y permitiendo al paciente caminar desde el primer día.

 

¿Cómo es la cirugía mínimamente invasiva del pie?

A través de un pequeño orificio en la piel, se consigue llevar a cabo los cortes y modificaciones necesarios para solucionar las deformidades del pie, sin necesidad de ingreso hospitalario y permitiendo al paciente caminar desde el primer día.

 

Matiza la podóloga de Valencia que es muy importante que el cirujano encargado de la cirugía sea quien haga el seguimiento al paciente. “Las curas y el vendaje tienen un papel muy valioso. Cuando se hace una cirugía a campo abierto cortas un hueso y para unirlo pones un tornillo. En la cirugía mínimamente invasiva te ayudas de los vendajes”, destaca.

 

El mínimo trauma causado al tejido da como resultado un dolor postoperatorio muy reducido además de permitir caminar al paciente inmediatamente después de la intervención y pudiéndose reincorporar a su actividad cotidiana en un plazo más breve. Permite prescindir al podólogo de fijaciones internas como tornillos, placas o agujas que mantengan la corrección ósea. Puesto que se respetan las partes blandas de la articulación (cápsula articular y ligamentos colaterales) que actuarán como fijación de la corrección ósea.

 

 

Finalizada la intervención, el paciente sale caminando por su propio pie con un calzado postquirúrgico u ortopédico que mantendrá entre una y cuatro semanas, en función de la patología tratada. Todo el conjunto de las técnicas se realizan bajo anestesia local. Los instrumentos que se usan para la ejecución de la cirugía mínimamente invasiva están específicamente diseñados con fresas quirúrgicas especializadas.

 

Patologías más comunes para cirugía mínimamente invasiva

La gran mayoría de las patologías se pueden resolver con cirugía mínimamente invasiva pero los juanetes o la metatarsalgia son las más frecuentes, además de la fascitis plantar o espolón calcáneo. “La experiencia del pacientes muy satisfactoria porque se recupera con el mínimo dolor. En comparación, la convencional es más dolorosa “, añade Ruiz.

 

En el pie, la cirugía se recomienda cuando la patología no ha podido resolverse con tratamientos conservadores. “Los dedos en garra o los juanetes afectan al día a día y a las articulaciones que tenemos alrededor. Si un paciente ya tiene dolor severo no debe esperar mucho tiempo a operarse”, aclara la doctora Ruiz. Es decir, una operación es aconsejable siempre y cuando la incomodidad impida realizar actividades habituales.

 

Una de las más comunes es el juanete. Se debe abordar desde dos planos, el quirúrgico y el ortopédico. El control de la deformidad por medio de plantillas personalizadas ortopédicas es de especial importancia en un gran número de casos, tanto en el prequirúrgico como en el postquirúrgico. Mediante la cirugía mínimamente invasiva podemos corregir la deformidad y alinear el dedo.

 

málaga instalaciones

 

La metatarsalgia es el dolor en la cara plantar de los metatarsianos, provocado por cambios en su posición. Como todas las patologías, si los tratamientos conservadores no funcionan se pasará a la cirugía, con el fin de restablecer la posición idónea de los metatarsianos.

 

Por otro lado, el tratamiento quirúrgico en los dedos en garra se dará en casos más severos y “rígidos”, cuando no se obtiene mejoría de forma conservadora.

 

El juanete de sastre, la uña encarnada y el espolón calcáneo plantar son otras patologías comunes que se pueden solucionar con cirugía mínimamente invasiva.

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