Arrastrar los pies al caminar: causas comunes y cómo corregir la marcha
14 May 2025Los pies de una persona son únicos, no hay dos iguales, y su forma de caminar también es única. En el mundo de la podología existe una dinámica de la marcha, es decir, una forma de caminar que se considera la “normal” (consiste en apoyar primero el talón e ir progresivamente bajando la puntera del pie para acabar despegando por los dedos). Pero, ¿qué es normal? ¿Arrastrar los pies al caminar es normal? ¿Cuáles son las causas?
Causas de arrastrar los pies al caminar
Arrastrar los pies al caminar es una alteración de la marcha que puede deberse a múltiples factores, desde el envejecimiento natural hasta enfermedades neurológicas o lesiones. Esta forma de caminar no solo afecta la movilidad, sino que también incrementa el riesgo de caídas y lesiones. Identificar las causas subyacentes es esencial para aplicar el tratamiento adecuado y mejorar la calidad de vida. Aquí te dejamos varias causas:
Vejez
A las personas de avanzada edad cada vez les cuesta más caminar y es frecuente ver como arrastran los pies en cada paso. La razón es porque la musculatura de sus pies y de sus piernas cada vez está más fatigada, provocando que todos esos músculos pierdan su elasticidad. Acaban siendo más rígidos y tensos, por ello es más complicado levantar el pie del suelo para dar cada paso.
Alteraciones motoras o enfermedades nerviosas
Enfermedades como el parkinson, trastorno neurodegenerativo que afecta al sistema nervioso, y la esclerosis múltiple, entre otras, son enfermedades que influyen en aspectos como la fuerza muscular, el equilibrio, la coordinación e incluso a la propia conciencia que tenemos sobre de nuestro cuerpo. A raíz de todo ello, la marcha sufre alteraciones y los pies pueden ser arrastrados.
Lesiones y calzado ajustado
Aunque este motivo es algo puntual, muchas veces, a causa de ampollas, rozaduras, callos, calzado muy apretado o inflamación por una lesión, podemos arrastrar los pies para evitar ese dolor o molestia que nos provocaría al apoyarlos en el suelo una y otra vez.
Sobrecarga de los tibiales
Esta musculatura, aparte de ser la encargada de evitar que se aplane en exceso nuestro arco del pie, también tiene un componente biomecánico ayudando a nuestros pies a despegar del suelo. Cuando se sobrecarga mucho esta musculatura, al caminar o correr se nos tensa y va subiendo esa tensión por la zona delantera de la pierna, costando más levantar el pie del suelo y comenzamos a arrastrarlos progresivamente.
Estado de ánimo
No cabe duda que el estado de ánimo afecta a nuestra postura y, por lo tanto, a nuestra forma de caminar. Cuando estamos tristes o decaídos solemos ir encorvados, cabizbajos y realizamos una marcha más lenta y con pasos más cortos, por lo que al levantar menos el pie del suelo solemos arrastrarlo más.
Cansancio
Por la noche, tras un día de intensa actividad y estrés (ya sea por el trabajo o por practicar nuestro deporte favorito) es normal que caminemos más “lentos” y arrastremos un poco los pies. Por las mañanas estamos mucho más activos que por la noche, ya que el cansancio se acumula
Acortamiento de la musculatura posterior
Cuando tenemos mucha tensión en la musculatura que engloba el gemelo, sóleo, tendón de Aquiles e isquiotibiales, nos provoca una marcha de puntillas, produciendo un elevamiento del talón precoz en cuanto contactamos con el suelo y echando todo el peso de nuestro cuerpo sobre la parte delantera los pies; dando la sensación sobre todo de arrastrar las punteras de los pies y desgastando el calzado por esa parte.
Tipo de pie
Normalmente suele ir más asociado a un pie plano o valgo, por lo que hemos dicho del descenso del arco y se suele ver más en niños. A partir de los 4 años es cuando empieza a formarse el ALI (Arco Longitudinal Interno) o arco interno del pie, a lo que se nos puede juntar también un desequilibrio muscular de la cadena posterior. Es más frecuente ver en edades infantiles que arrastran los pies e incluso que se tropiecen.
¿Qué es el pie caído y cómo se relaciona con arrastrar los pies al caminar?
El pie caído es una afección que impide levantar la parte delantera del pie al caminar, provocando que este se arrastre y aumentando el riesgo de tropiezos. Sus causas pueden incluir lesiones del nervio ciático, accidentes cerebrovasculares, esclerosis múltiple o daños en la médula espinal. Además de la dificultad para elevar el pie, los síntomas pueden incluir debilidad, entumecimiento y dolor en la pierna o el pie afectado.
El tratamiento varía según la causa, e incluye fisioterapia, férulas ortopédicas o calzado especial para mejorar la marcha. En enfermedades neurológicas, se recurre a medicamentos, y en casos más graves puede ser necesaria una intervención quirúrgica. Un diagnóstico adecuado es clave para determinar la mejor estrategia terapéutica.
Tratamiento para no arrastrar los pies al caminar
Tratamiento como tal para esta forma de pisar no hay. Sin embargo, si arrastrar los pies al caminar se vuelve algo muy frecuente, doloroso, o simplemente molesto, es fundamental acudir a un especialista para buscar el origen de esta dinámica de la marcha.
En muchos casos puede abordarse mediante un enfoque combinado. Las plantillas personalizadas juegan un papel fundamental, ya que ayudan a corregir la pisada y a mejorar la distribución del peso al caminar. La fisioterapia también es clave, mediante ejercicios específicos que fortalecen los músculos implicados en la marcha y mejoran el control motor. Además, utilizar un calzado adecuado que proporcione buen soporte y amortiguación resulta esencial para facilitar una marcha más estable y segura, reduciendo el riesgo de tropiezos o caídas.
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Posted at 22:57h, 10 octubreExcelente explicación