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Trombosis venosa. Qué es y consejos para prevenirla



En viajes o trayectos largos en los que pasamos muchas horas sentados antes de llegar a nuestro destino, algunas partes de nuestro cuerpo como las piernas o los pies pueden sufrir ciertas consecuencias negativas. Una de las patologías más frecuentes y conocidas es la trombosis venosa.

 

En las siguientes líneas te contamos en qué consiste la trombosis venosa y qué puedes hacer para prevenirla.

 

 

Qué es la trombosis venosa

 

La trombosis venosa es un problema vascular que puede producirse al no realizar movimiento durante un largo periodo de tiempo, provocando la posible aparición de coágulos en las extremidades inferiores.

 

También se conoce popularmente como “Síndrome de la Clase Turista”. Este término está relacionado con los viajes ya que, sobre todo hace unos años en los trayectos largos de avión, los pasajeros tendían a sufrir un aumento de los síntomas de trombosis venosa por permanecer mucho tiempo sentados y sin espacio para estirar las piernas.

 

En el caso del transporte aéreo confluyen varios factores que incrementan las posibilidades de padecer esta trombosis venosa como la disminución de la presión, el sedentarismo y el descenso de humedad (deshidratación).

 

Trombosis venosa

 

Se pueden distinguir dos tipos principales de trombosis venosa:

 

  • Trombosis venosa profunda: Se produce en las venas o arterias profundas y puede tener como resultado final una embolia pulmonar. Son muy peligrosas.

 

  • Trombosis venosa superficial: El coágulo tiene lugar en las venas o arterias superficiales, debajo de la piel. Normalmente en las piernas o en los brazos. Aunque el riesgo de embolia pulmonar es mucho menor, puede tener otras complicaciones y es bastante dolorosa.

 

¿Cuáles son los síntomas de la trombosis venosa?

 

La trombosis venosa presenta una serie de síntomas que podemos observar con bastante facilidad:

 

  • Hay muchas razones de por qué se duermen los pies o por las que puedes sufrir parestesia (sensación de hormigueo) en los pies o en el tren inferior. Si llevas mucho tiempo sin moverte es posible que sea un síntoma de trombosis venosa. Presta mucha atención.

 

  • Si notas que tienes las piernas o los pies hinchados, también puede ser una señal de trombosis venosa. Si la hinchazón es muy visible y localizada, puede ser trombosis superficial.

 

  • Sentir dolor y pesadez en pies y piernas es otra señal a tener en cuenta. Podrías estar sufriendo una trombosis venosa.

 

Trombosis venosa

 

Cabe destacar que en casos más extremos, se puede generar un coágulo debido a la acumulación de sangre en las venas. Una vez formado el coágulo puede liberarse a la circulación y provocar una embolia de pulmón que causará dificultad respiratoria, taquicardia, dolores de pecho y, en algunos casos, pérdida del conocimiento.

 

La trombosis venosa es poco habitual. En personas que no padecen factores de riesgo no rebasa el 1% de prevalencia y, en pacientes de alto riesgo, entre el 3% y el 5%. 

 

Factores de riesgo que pueden producir trombosis

 

La trombosis venosa no es muy común, pero existen algunos factores de riesgo que influyen en la posibilidad de sufrirla. De hecho, el riesgo aumenta hasta un 4% o 5% en los siguientes casos:

 

  • El sobrepeso y la obesidad afecta a los pies y a la piernas. Las personas con este problema tienen un mayor riesgo de sufrir trombosis, entre otras complicaciones.
  • Las personas con hipertensión arterial deben vigilar los síntomas de trombosis venosa.
  • Personas con antecedentes cardíacos o patologías de mala circulación en pies y piernas como problemas de coagulación son un grupo de riesgo.
  • Personas que han sido recientemente intervenidas quirúrgicamente.
  • Personas que consumen alcohol o tabaco.
  • La circulación de las piernas y los pies en el embarazo es más precaria, por lo que no se recomienda que las mujeres en estado avanzado hagan viajes largos, especialmente en avión.
  • Personas de edad avanzada (mayores de 60 años).
  • Personas que tienen varices.

 

Para aquellos viajeros que presenten algún problema cardiovascular previo siempre es recomendable consultar al médico o especialista antes de emprender el viaje.

 

Recomendaciones para prevenir la trombosis venosa

 

1. Calzado y ropa

 

Es recomendable utilizar prendas poco ceñidas y seguir recomendaciones relativas al calzado, como por ejemplo, que se pueda abrir o quitar con facilidad si el pie se dilata, evitar tanto las cuñas como el uso de tacones. Esto nos dará libertad de movimientos para mover las piernas, tobillos y pies.

 

Trombosis venosa

 

Por otro lado, si nos descalzamos, hay que tener presente que el pie estará dilatado varias horas después.

 

Las medias o calcetines de compresión sirven de ayuda para mejorar el retorno venoso en trayectos largos.

 

2. Muévete para prevenir la trombosis

 

Aunque el medio de transporte no siempre lo permite, hay que intentar moverse y levantarse del asiento cada 1 o 2 horas a ser posible. En el caso de los aviones, trata de viajar en los asientos con mayor espacio (como los asientos de pasillo o de salida de emergencias) para mover o estirar las piernas.

 

Trombosis venosa

 

Si hay paradas o escalas, aprovecha ese tiempo para activar tu tren inferior.

 

3. Comida y bebida

 

Es recomendable beber abundantes líquidos para evitar la deshidratación, preferiblemente agua y moderar la ingesta de alcohol, té y café.  Pueden favorecer la aparición de trombos.

 

Trombosis venosa

 

Además, durante el trayecto también es mejor evitar comidas copiosas que puedan provocar sensación de pesadez.

 

Evita posturas incómodas que dificulten el flujo sanguíneo en las extremidades inferiores, como cruzar las piernas o tenerlas colgando, es una forma de prevenir la trombosis venosa.

 

Actividades para mejorar la circulación sanguínea

 

Tanto si vas a realizar trayectos largos como si en tu vida diaria permaneces sentado durante tiempos prolongados, te recomendamos una serie de sencillos ejercicios que mejorarán la circulación sanguínea:

 

  1. Sentados en nuestro asiento, colocaremos las piernas juntas en ángulo de 90º de rodillas y pies y realizaremos una flexión plantar de tobillo.(Ver vídeo)
  2. Ejercicios de movilidad de la articulación del tobillo, moviéndolos en todos sus rangos articulares de arriba a abajo, hacia los lados y dibujando círculos en ambos sentidos. (Ver vídeo)
  3. Con las rodillas, que estarán en ángulo de 90º y el pie apoyado completamente, colocaremos un objeto pequeño y lo sujetaremos elevando y bajando las piernas lentamente. (Ver vídeo)
  4. Masaje ascendente desde los tobillos hacia las rodillas para estimular la circulación. (Ver vídeo)

 

En Podoactiva podemos ayudarte. Consulta tu clínica Podoactiva más cercana o contáctanos en el 974 231 280 o a través de info@podoactiva.com.

Carlos Martín López

Director clínico de Clínica Podoactiva Sagasta

 

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